El primer proyecto para la construcción del Palacio del Congreso, fue autorizado en 1854. Sería proyectado por el arquitecto francés Claude-François Brunet de Baines, quien murió en 1855. Las obras fueron retomadas por Lucien Henault, pero no fueron terminadas, sino que hasta 1870. Henault había renunciado en 1866 y reemplazado por Manuel Aldunate. La inauguración tuvo lugar en 1876 y fue encabezada por el presidente Federico Errázuriz Zañartu. Si bien en la descripción de Tornero, no se precisa si los salones tenían vitrales, hay una posibilidad de que existirán.

El incendio de 1895 destruyó la mayor parte del edificio, siendo contratados Emile Doyère y Eugenio Joannon para realizar anteproyectos de reconstrucción. Ambos proyectos fueron observados, realizándose finalmente uno definitivo, que fue elaborado por Carlos Brunot e inaugurado en 1901. El Terremoto de 1906, daño nuevamente el edificio y según antiguos archivos de gastos, los hermanos Dell’Orto habrían recibido un pago por un trabajo de reparación en 1907, es posible imaginar que ellos fueran los fabricantes de las vidrieras del edificio, pero puede que los sectores que pertenecen a la Cámara baja no sean del mismo fabricante dada la gran superficie vidriada y algunas diferencias en el diseño y calidad.

En 2010, el edificio fue nuevamente dañado por el sismo del 27 de febrero, nuestro laboratorio participaba en obras de limpieza y conservación, como asesor documentalista, desde entonces hemos hecho un seguimiento que resultó en un programa de conservación y restauración para las lucarnas del Senado, que fue aprobado por el Consejo de Monumentos Nacionales en 2020.

El equipo de Espacio Transparente, bajo la responsabilidad de Diego Rodríguez Matta, realizará durante este semestre obras preparatorias a la restauración. Una limpieza superficial, permitirá actualizar el diagnóstico y preparar el equipamiento de talleres y espacios de almacenamiento en los entrepisos del propio Congreso. En esta campaña preliminar participan la octava y novena generación del Programa Laboratorio Escuela (que se realiza en conjunto con la fundación CLAV) y en documentación Daniella Toledo y Sebastián Runner. La investigación histórica y coordinación general del proyecto estará a cargo de Andrea Araos.